TERROR EN LA TORMENTA

Cantaba el viento lamentos estremecedores mientras doblegaba las más altas copas de los arboles hasta postrarlas a sus pies.
Los truenos no dejaban de sacudir violentamente las ventanas cada vez que explotaban en medio de la endiablada tormenta.
Los relámpagos gritaban mudos en el cielo vomitando una luz espectral que, despedazaba la oscuridad de la noche en delirantes segundos…

Carlota, agarró un trozo de la sabana con fuerza y se la llevo a la boca…

Templaba por el miedo, había vuelto a escuchar crujir la madera de la escalera como si unos pies se esforzaran por subir los peldaños.
¿Quién podía ser?
Carlota sintió como su corazón se agitaba cada vez más, presa del pánico grito al escuchar de nuevo crujir la madera, ahora bajo unos pies que se aproximaban enérgicamente hacia la puerta de su cuarto.
Se escondió bajo las sabanas y dejó de oírlos, dudaba si porque se lo impedía estar tan tapada hecha un ovillo entre las mantas o, porque se había ido quien fuera quien fuese.
-¿Pero quién?- se pregunto de nuevo.
Había echado las cuatro vueltas de la llave, las ventanas estaban bien seguras...
¿Con esta tormenta quien se atrevería a salir?, diluviaba, solo un loco un asesino o un fantasma, se atrevería a recorrer una casa ajena en mitad de la noche...en medio de una gran y tenebrosa tormenta.
Carlota asomo la cabeza hasta la altura de los ojos para escudriñar con detalle si se adentró en la habitación y no se dio cuenta.
Silencio, silencio, ladeo la cabeza para afinar el oído, pero nada escuchó, incluso la tormenta parecía que menguaba.
¡¡uff!! Resopló sofocada por el calor de su escondrijo.-¡Pero qué boba! seguramente no fue nada tan solo la tormenta que me puso nerviosa.
Carlota confiada, se recostó más relajada, colocó bien las sabanas y apagó la luz.
Antes de cerrar los ojos buscando un plácido descanso sonrió recordando lo tonta que había sido y el gran susto que se había llevado.
¡Mira que soy cobardita!- se regaño a sí misma, y como un gatico movió el trasero cogiendo la postura más confortable.
-¡S i, si, así se está la mar de gusto!-- Dijo abriendo enormemente la boca en un bostezo.
Ya estaba comenzando a soñar cuando un estrepitoso trueno retumbó forzando a bailar a las paredes y ventanas, seguido el resplandor de un relámpago se metió por las rendijas de la persiana iluminando cachitos de la habitación.
Carlota se puso tensa, el trueno que le precedió parecía una bomba que invadía su cuarto.
Echó enseguida mano al interruptor de la luz, al accionarlo éste no la activaba. Estaba a oscuras y de nuevo su corazón parecía unas maracas.No podía ser, unos pies decididos y enérgicos machacaba la madera a su paso.
¿Qué podía hacer?, el terror la tenia petrificada incapaz de tomar una decisión.
Su instinto le hizo escurrirse debajo de las mantas.
-¡Si no le puedo ver puede que tampoco me vea!
Posó la mano en el pecho encima de su acelerado corazón, abrió ligeramente la boca para aflojar el jadeo y entonces, se produjo:….Escucho moverse la manilla de la cerradura…
¡¡Ya está aquí!! ¡¡Ya viene a por mí!!
Me sacará las tripas, o me hará hacer flexiones para reírse de mí.

Unos pasos ligeros colocó al ser abominable, en un plis plas, a la altura de la cabecera.
¡¡¡NOOOOOOOOOOOOO!!!!!Dios mío.- gritó cuando sintió como una mato la tocaba la zarandeaba.
¡¡NOOOO!!- es e final pensó entre sollozos y lagrimas…

Aquel ser diabólico le grito con fuerza:

¡¡¡MAMA MAMA!!!

¡¡¡TENO PIS CACA AGUA!!!

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